De mans plegades es un acercamiento en la investigación en creación artística de los alumnos de Bellas artes de la Universitat de Barcelona, que nos deja ver un cambio de paradigma en el que la materia es la protagonista. Son creaciones que apuntan a una lectura transversal, en que la materia y la memoria se imponen para permitirnos experimentar, o intuir de una manera más consciente, el entorno volátil y cambiante donde vivimos hoy.
A través de varias metodologías el trabajo de Pau Miralpeix plantea una relación entre la presencia y la ausencia. En sus propuestas resuenan las ideas de rastro, fragmento y huella, intentando trabajar siempre desde la intuición del artista y la morfología de la materia. El trabajo connota una estrecha relación con la luz, entendiéndola como reveladora de las diferentes soluciones visuales, como una parte más de la materia con la que se trabaja.
También Carlota Sagnier rompe con la linealidad, hablando de lo que no se habla, del poder de la imagen y de la escena. Con sus estructuras encuadra el entorno, y la propia dimensión de la armadura permite otras dimensiones de márgenes en función del encuadre que propone la intención. Cuando el artista permite la incorporación del espectador, dentro del espacio que acapara, lo hace partícipe de la sujeción del peso.
Kike Chueca Simon aborda la materia en relación a la percepción del espacio y el tiempo en el arte contemporáneo, explorando tópicos como el proceso, la transformación de la materia y la degradación; como el paso del tiempo y las estructuras mentales con las que mesuramos el entorno y que nos ayudan a definirlo.
La obra de Marga Estelrich tantea la materia y la coloca en un espacio público exterior para recrear la acción, enfrentando y cuestionando el espacio expositivo y la relación constante con la norma según el contexto. En este proceso, las piezas sufren una degradación como consecuencia de los factores ambientales y el movimiento instintivo de hacer girar las piezas de los individuos que pueden pasar por el espacio.
Marc Salas Armengol hace un acercamiento al mundo real y a la vida de las cosas que nos rodean desde un interés pictórico y procesal. Sus investigaciones intentan dotar de vida la materia, dando libertad a los diferentes procesos y haciendo del paso del tiempo un elemento fundamental, convirtiendo el rastro pictórico en el sujeto de su trabajo. Mostrar las cosas y las ideas en sí mismas, presentando los procesos y transformaciones inherentes en la materia de manera simple y directa, a la vez que poética.
Mikel Adán entiende sus piezas como una estructura de contención flexible. Como un muro provisional en el cual se abocará hormigón fresco, con una dureza al exterior, pero de naturaleza blanda en su interior. Como una botella de agua con el tapón abierto a punto de ser presionada entre dos manos. Manos que accionan la máquina creativa para dejar que sea la materia la que cataliza con la idea original.
Comisaria: Amparo Sard