María León Buendía

Desde un principio y a lo largo de mi trayectoria artística, la figura de la mujer ha estado presente en mis trabajos de dibujo y pintura.

Por diversos motivos, casi siempre han sido las protagonistas de los mismos, cuyos temas solían estar inspirados en el ambiente social en el que vivía.

Cuando llegué a Melilla, el contacto directo con su realidad fronteriza entre dos mundos culturalmente distintos, me interesó. Nació en mí un gran interés por incorporarlo en mis trabajos. Me interesó principalmente el papel social de la mujer musulmana, en los diversos campos en los que se movía. Especialmente me impactó el cuadro pintoresco y esperpéntico del tránsito fronterizo de enseres de diversa naturaleza, que se realizaba a la vista de los aduaneros, que con mejor o peor humor permitían el tránsito de una fila o grupos, mayoritariamente de mujeres, sustituyendo a animales o máquinas. Estas mujeres eran las porteadoras, embaladas con enormes fardos sobre sus espaldas y otros menores camuflados ingeniosamente bajo sus túnicas. Estas mujeres a veces de avanzada edad e incluso con minusvalías, eran dirigidas en ocasiones a golpes si no respetaban las normas. Este espectáculo entre cómico y dantesco me traía a la memoria los tiempos de la esclavitud, por el trato inhumano de los seres, cuya subsistencia estaba basada en este horrendo y peligroso trabajo.

La pandemia terminó con este espectáculo doloroso, de los problemas de esa gente que no ha trascendido nada.

En estos dibujos he dejado constancia de esta realidad desaparecida de nuestras fronteras, reflejo de las desigualdades del mundo.